Hoy 23 de abril es el día del libro. Desde este blog queremos hacer mención a esta estupenda iniciativa de la UNESCO que en sitios como Cataluña combinan un regalo de un libro y una flor a los seres quieridos. Y qué mejor forma de demostrar el cariño con una novela histórica o un recopilatorio de poesías. Un dato curioso: se celebra el 23 de abril por la muerte en 1616 de tres autores mundialmente conocidos, Miguel de Cervantes, William Shakespeare y Garcilaso de la Vega. ¡A leer rosaventeros!
Turno de Noche y La Rosa de los Vientos. Este blog nace con el espíritu de aunar los ideales de estos fabulosos programas de la radio española.
23.4.07
13.4.07
El Principito: 60 años de amor al hombre y a la naturaleza
Traducido a 115 idiomas, siendo la pieza literaria francesa más leída en el siglo XX y la tercera más vendida en todo el mundo, sólo detrás de la Biblia y Das Kapital de Carlos Marx, El Principito es un clásico de la literatura universal y en palabras del filósofo Martin Heidegger, “una de las grandes obras del existencialismo”. Publicado el 6 de abril de 1943, El Principito no recibió buenos comentarios por la crítica. No sería sino hasta 1946 con la edición de Gallimard en Francia, que obtuvo un gran éxito e inmortalizó a su autor, el piloto aviador francés Antoine de Saint-Exupéry, quien desafortunadamente ya no pudo atestiguar este suceso. Saint-Exupéry despegó de Córcega el 31 de julio de 1944 en la que sería su última misión. El objetivo de la misma era tomar fotografías de Annecy y Grenoble, ocupados por los alemanes.
Sé que en algún lugar del mundo,
existe una rosa única,
distinta de todas las demás rosas,
una cuya delicadeza, candor e inocencia,
harán despertar de su letargo a mi alma,
mi corazón y mis riñones.
A esa rosa, donde quiera que esté,
A esa rosa, donde quiera que esté,
dedico este trabajo,
con la esperanza de hallarla algún día,
o de dejarme hallar por ella.
Traducido a 115 idiomas, siendo la pieza literaria francesa más leída en el siglo XX y la tercera más vendida en todo el mundo, sólo detrás de la Biblia y Das Kapital de Carlos Marx, El Principito es un clásico de la literatura universal y en palabras del filósofo Martin Heidegger, “una de las grandes obras del existencialismo”. Publicado el 6 de abril de 1943, El Principito no recibió buenos comentarios por la crítica. No sería sino hasta 1946 con la edición de Gallimard en Francia, que obtuvo un gran éxito e inmortalizó a su autor, el piloto aviador francés Antoine de Saint-Exupéry, quien desafortunadamente ya no pudo atestiguar este suceso. Saint-Exupéry despegó de Córcega el 31 de julio de 1944 en la que sería su última misión. El objetivo de la misma era tomar fotografías de Annecy y Grenoble, ocupados por los alemanes.
Sus biógrafos cuentan que Saint-Exupéry escribió El Principito sin parar y que leía pasajes de la obra a quienes lo visitaban a la hora de la cena. Considerando sus obras anteriores, El Principito era visto como un libro distinto, extraño, al que los lectores estadunidenses no se acostumbraron de inmediato. Después de todo, las obras precedentes del piloto francés lo hacían aparecer muy viril y era difícil imaginar que ese mismo autor podía redactar un libro para niños.
En realidad El Principito es, en cierta forma, una obra biográfica. La descripción de paisajes que Saint-Exupéry desarrolla en la obra evocan los volcanes que el piloto vio en Dakar. La célebre rosa con la que riñe El Principito, representa a su esposa Consuelo. Por cierto que la famosa riña es el punto de partida para que El Principito inicie su recorrido por siete planetas donde conocerá a extraños personajes hasta que llega a la Tierra y es recibido por una serpiente. Pero quizá de los pasajes más memorables sea el diálogo que El Principito sostiene con el zorro: sólo con el corazón se puede ver bien... lo esencial es invisible para los ojos. A juzgar por esta reflexión, ciertamente Antoine de Saint-Exupéry escribió con el corazón.
2.4.07
David Camus, siguiendo la estela de su abuelo
Caballeros de la Vera Cruz: Año 1187, Hattin (Tierra Santa): tras derrotar a la flor y nata del ejército cristiano, el sultán Saladino arrebata a los francos la Vera Cruz, el leño en que se crucificó a Cristo, que siempre había acompañado a los cristianos en sus combates. El caballero hospitalario Morgennes recupera la consciencia entre los caídos en el campo de batalla. Tras ser torturado por los sarracenos, acepta renegar de su fe y convertirse al islam. Condenado por lo suyos, a modo de redención, parte en busca de la Vera Cruz con la esperanza de que esta dé ánimos a los francos y salvar así Jerusalén. Cuenta en su decisión con el apoyo del sobrino de Saladino, así como con el de una bella y misteriosa mujer de nombre Casiopea, un mercader de reliquias y un joven templario. Su aventura parece destinada al fracaso, pero una fuerza invisible lo acompaña, lo protege y lo guía.
¿Bastará con ella para librarse del más grande de todos los peligros?
Excelente novela para un debutante, David Camus (nieto del laureado Albert Camus), que utiliza un lenguaje muy propio para la novela histórica, donde la lucha en combate y la espiritualidad iban unidas de la mano, algo que deja muy claro a lo largo de toda la línea argumental. La descripción de los personajes está bastante lograda, y el ambiente en general del libro no deja lugar al aburrimiento. Esperemos que Camus nos deleite pronto con otra historia.
Caballeros de la Vera Cruz: Año 1187, Hattin (Tierra Santa): tras derrotar a la flor y nata del ejército cristiano, el sultán Saladino arrebata a los francos la Vera Cruz, el leño en que se crucificó a Cristo, que siempre había acompañado a los cristianos en sus combates. El caballero hospitalario Morgennes recupera la consciencia entre los caídos en el campo de batalla. Tras ser torturado por los sarracenos, acepta renegar de su fe y convertirse al islam. Condenado por lo suyos, a modo de redención, parte en busca de la Vera Cruz con la esperanza de que esta dé ánimos a los francos y salvar así Jerusalén. Cuenta en su decisión con el apoyo del sobrino de Saladino, así como con el de una bella y misteriosa mujer de nombre Casiopea, un mercader de reliquias y un joven templario. Su aventura parece destinada al fracaso, pero una fuerza invisible lo acompaña, lo protege y lo guía.
¿Bastará con ella para librarse del más grande de todos los peligros?
Excelente novela para un debutante, David Camus (nieto del laureado Albert Camus), que utiliza un lenguaje muy propio para la novela histórica, donde la lucha en combate y la espiritualidad iban unidas de la mano, algo que deja muy claro a lo largo de toda la línea argumental. La descripción de los personajes está bastante lograda, y el ambiente en general del libro no deja lugar al aburrimiento. Esperemos que Camus nos deleite pronto con otra historia.
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