El perfume: historia de un asesino es una novela del escritor alemán Patrick Suskind publicada en 1985 dividido en cuatro partes y cincuenta y un capítulos, transporta al lector a un mundo con el que no está familiarizado, "el evanescente reino de los olores", a través de su protagonista, Jean-Baptiste Grenouille (grenouille significa rana en francés).
Jean-Baptiste Grenouille, un niño huérfano, nacido en el barrio más miserable de París, posee el don de reconocer miles de perfumes, al tiempo que carece él mismo de olor. Este ser peculiar y carente de sentimientos, inicia un periplo vital que incluye su formación con un famoso perfumista de París, venido a menos, su vida como un salvaje en una cueva y una carrera criminal.
Este libro destaca no solo por la originalidad del argumento, sino también por el tratamiento que se le da a algunos de los episodios de la vida de Grenouille, que lo hace entrar casi en los terrenos del surrealismo. A pesar de su corta extensión es un libro muy prolijo, en el cual se describe con minuciosidad hasta el último detalle, los tipos de perfumes, los elementos de un taller de perfumería, etc. En algunas páginas llega a hacerse un poco pesada la reiteración. Pero las descripciones están bien hechas y te introducen de lleno en la época, contada, cosa curiosa, desde el punto de vista de los olores. No deja de ser notable, ya que normalmente la descripción se centra en elementos visuales. Esta novela rompe esa tendencia. No puede decirse que sea un texto "facilón", algo de lo que pecan muchos best sellers, sobre todo modernos.
De entre los personajes, aparte del peculiar protagonista, empeñando desde niño en tener olor como el resto de los humanos (lo cual puede interpretarse como un deseo de ser "normal", de integración social, como diríamos ahora) destacan el marques de Taillade-Espinade, un aristócrata defensor de la extravagante teoría del fluido letal, cuyas explicaciones resultan de lo más rocambolesco, y Baldini, el perfumista fracasaso e imitador, reconcomido por la envidia hacia el exitoso Pelissier.
Jean-Baptiste Grenouille, un niño huérfano, nacido en el barrio más miserable de París, posee el don de reconocer miles de perfumes, al tiempo que carece él mismo de olor. Este ser peculiar y carente de sentimientos, inicia un periplo vital que incluye su formación con un famoso perfumista de París, venido a menos, su vida como un salvaje en una cueva y una carrera criminal.
Este libro destaca no solo por la originalidad del argumento, sino también por el tratamiento que se le da a algunos de los episodios de la vida de Grenouille, que lo hace entrar casi en los terrenos del surrealismo. A pesar de su corta extensión es un libro muy prolijo, en el cual se describe con minuciosidad hasta el último detalle, los tipos de perfumes, los elementos de un taller de perfumería, etc. En algunas páginas llega a hacerse un poco pesada la reiteración. Pero las descripciones están bien hechas y te introducen de lleno en la época, contada, cosa curiosa, desde el punto de vista de los olores. No deja de ser notable, ya que normalmente la descripción se centra en elementos visuales. Esta novela rompe esa tendencia. No puede decirse que sea un texto "facilón", algo de lo que pecan muchos best sellers, sobre todo modernos.
De entre los personajes, aparte del peculiar protagonista, empeñando desde niño en tener olor como el resto de los humanos (lo cual puede interpretarse como un deseo de ser "normal", de integración social, como diríamos ahora) destacan el marques de Taillade-Espinade, un aristócrata defensor de la extravagante teoría del fluido letal, cuyas explicaciones resultan de lo más rocambolesco, y Baldini, el perfumista fracasaso e imitador, reconcomido por la envidia hacia el exitoso Pelissier.
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